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Un dispositivo que extrae agua del aire.

Un dispositivo que extrae agua del aire, incluso en climas desérticos, solo con ayuda del sol



Extraer casi tres litros de agua del aire en 12 horas y a partir del sol es posible gracias a un prototipo desarrollado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en colaboración con la Universidad de Berkeley. Este trabajo pionero persigue (y puede hacer pronto realidad) la soberanía hídrica: el acceso a agua fuera de la red, en ambientes casi desérticos y en cantidad suficiente como para satisfacer las necesidades de una familia.


“Para mí, esto se hará realidad gracias a este experimento, al que llamo ‘agua personalizada’”. Lo asegura Omar Yaghi, científico de UC Berkeley que explica que, hasta ahora, no existía otra opción para captar agua del aire que recurrir a energía extra y a una mayor factura de la luz. Este sistema, en cambio, funciona con energía solar, por lo que supera cualquier problema previo y aspira a haber respondido a un desafío que estaba pendiente de resolver.

Décadas atrás, el propio Yaghi inventó unas estructuras que están en la base del éxito de este proyecto. Son las MOF, una combinación de metales y moléculas orgánicas para crear estructuras porosas especialmente buenas para almacenar gases y líquidos. Mucho después, en 2014, su equipo creó una con circonio y ácido adípico a la que se adhería el vapor de agua.




En ese momento, el equipo investigador californiano acudió al Instituto Tecnológico de Massachusetts en busca de su colaboración para transformar la estructura MOF en un sistema capaz de captar agua. Y la ingeniera mecánica Evelyn Wang y sus estudiantes en el MIT lo lograron con un trabajo que ofrece “una nueva vía para captar agua del aire, que no necesita condiciones de alta humedad relativa y que es mucho más eficiente”.

En concreto se trata de un sistema de algo menos de un kilo de cristales de MOF del tamaño de partículas de polvo. Estas quedan aprisionadas por un captador solar, de un lado, y por un plato condensador, de otro. Cuando el aire se esparce por las estructuras, las moléculas de agua se pegan a las áreas interiores. El sol, hace el resto. Cuando calienta las MOF, el agua captada se redirige al condensador y el agua pasa de vapor a líquido hacia un colector.





Las pruebas realizadas sobre este sistema en condiciones reales demostraron sus resultados y constataron que, pese a ser ya de por sí una innovación sin precedentes, puede ser también un punto de partida. “Ahora podemos hacer otros MOF, incluso miles, para encontrar mejores materiales. Hay muchísimo potencial para incrementar la cantidad de agua captada, pero ya es solo una cuestión de más ingeniería”, asegura Wang, quien cree que si actualmente este prototipo es capaz de absorber el 20% de su peso en agua, su capacidad se puede duplicar e, incluso, se pueden hallar materiales más efectivos a humedad inferior al 20%, con la que este proyecto ha obtenido resultados.

“Queríamos demostrar que, si estás en un lugar apartado en el desierto, puedes sobrevivir con este sistema. Las necesidades de agua de una persona, por día, para sobrevivir equivalen a una lata de refresco. Esto se puede lograr en menos de una hora con este prototipo”. Las palabras del científico avanzan la enorme potencialidad de este invento sobre el que se sigue trabajando tanto en Berkeley como en el MIT.


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